Están los que llevan amuletos,
los que hacen promesas,
los que imploran mirando al cielo,
los que se resignan
y los que esperan que les llueva la buena suerte.
Y están los que siguen corriendo cuando le tiemblan las piernas...
Los que siguen jugando cuando se les acaba el aire.
Los que siguen luchando cuando todo parece perdido.
Como si cada vez fuera la última...
Convencidos que la vida misma es un desafío.
Sufren pero no se quejan.Porque saben que el dolor pasa. El sudor se seca. El cansancio termina...
Pero hay algo que nunca desaparecerá, la satisfacción de haberlo logrado y la verdadera recompensa es siempre lo aprendido en el camino...
En sus cuerpos corre la misma sangre.
Lo que los hace diferentes es su espíritu.
La determinación de alcanzar su meta, de tocar su cima.
Una cima a la que no se llega superando a los demás.
Si no superándose a uno mismo...
Esto daba vueltas por la web, yo lo corregí un poco... adelante...
2 comentarios:
¡Qué texto más bonito!chica cada dia te superas.Un besito
Gracias Marina....
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