Pequeño bombón:
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Vuelvo a escribirte, aunque falta mucho tiempo para que leas estas cartas mías, que se leen con los ojos y con el corazón. Cartas que deberán dormir unos años, hasta que seas grande…
Ah… Cuando seas grande, cuando el mundo sea mucho más que esta manta que te hago con tanto amor y algunos peluches con olor a bebé. Cuando ya no alcance que te escondas entre mis rodillas para sentirte protegido.
Cuando seas grande y salgas a ese mundo que hay afuera de este nido que preparo para vos…
Cuando algo o alguien te lastime, cuando tengas dudas, cuando el mundo real, mucho más cruel y duro que el mundo que me hubiera gustado heredarte, te golpee la cara y el alma, para ese momento… habré sabido transmitirte la fortaleza para sobreponerte a las adversidades?, para superar los dolores?, para resistir las penas y enfrentar las injusticias, para reconocer la diferencia entre habitual y normal?... habré podido enseñarte a ser fuerte para caminar el mundo y lo suficientemente sensible para ver la belleza en las cosas simples de la vida, y valorarlas, para detenerse ante una gota de rocío, para inspirar hondo el aroma del café a la mañana, para ver que en medio de las ruinas hay una promesa, que cada obstáculo puede ser un desafío?… que la maldad es mucha, pero no tanta…
Qué miedo!... y sin embargo, el miedo a mi no me paraliza… podré transmitirte a vos esa valentía?...
Escribo y lloro… de emoción y de miedo… suspiro… peque mío… Hay tantas cosas que quisiera decirte, hay tantos fantasmas que quisiera ahuyentar para vos… y en el fondo la profunda convicción de que, si me convierto en escudo todo el tiempo, destruyo tu fortaleza interna… que así pasa siempre, porque los animales con caparazón o exoesqueleto no tienen endoesqueleto, y eso quiere decir que no tienen huesitos que los sostengan desde adentro o son muy frágiles, y son débiles por dentro… y la fortaleza siempre es desde adentro hacia afuera…
Hoy quería decirte que quiero acompañarte sin ahogarte, que quiero guiarte y ayudarte a ser vos mismo, pero por sobre todas las cosas, que confíes que voy a estar para levantarte cuando te caigas… porque caerse es parte de la vida… aprender a levantarse y a pedir ayuda, es parte de la madurez…
Te ama,
Mamá.
